Las intervenciones quirúrgicas van en aumento y cada vez son más complejas. Implican a profesionales de diferentes disciplinas que deben interactuar como un equipo, recursos tecnológicos, distintas fases, suspensión y uso de medicamentos, múltiples transferencias y distintos escenarios. Todo ello convierte al paciente quirúrgico en especialmente vulnerable al error, tanto a nivel hospitalario como en el ámbito de atención primaria.
“La cirugía segura salva vidas” fue el segundo reto de la OMS que aportó recomendaciones para la prevención de incidentes o eventos adversos en el proceso quirúrgico y que se han venido aplicando en el SSPA, avanzando en nuevas áreas de mejora e implicación al paciente como protagonista en su propia seguridad.