Las unidades de Trabajo Social y Farmacología Clínica colaboran en esta actividad junto a la asociación de pacientes ALCER Giralda, para enseñarles a reconocer los efectos adversos y proporcionar consejos prácticos
Trabajadoras sociales y especialistas en Farmacología Clínica han impartido un taller sobre el uso seguro de la medicación en la enfermedad renal crónica. Los pacientes con enfermedades renales son especialmente vulnerables a las reacciones adversas: polimedicación, patologías crónicas asociadas, y fundamentalmente el papel crucial de la función renal para el adecuado metabolismo de los fármacos.
La importancia de la seguridad del paciente, las reacciones adversas de los medicamentos (qué son y qué hacer), y cuáles son los fármacos más habituales frente a la enfermedad renal han sido algunos de los temas que se han compartido. Igualmente, los profesionales han profundizado en las herramientas y consejos prácticos para tomar la medicación de forma segura (aplicaciones, páginas web seguras para consultar información, etc.).
La actividad se ha desarrollado en el Centro Cívico Sindicalistas Soto, Saborido y Acosta ‘La Ranilla’. Hasta allí se han desplazado la jefa de la unidad de Trabajo Social y Participación Comunitaria, Agustina Hervás de la Torre; y la especialista en Farmacología Clínica, Carmen María Jiménez, junto a los residentes de la misma unidad Elena Pérez y Jorge Navarro.
Esta actividad se enmarca en los objetivos de ambas unidades hospitalarias. Por una parte, el desarrollo de la participación comunitaria en su contexto natural, la comunidad, como signo de cooperación entre el hospital y la comunidad a la que sirve. Y por otra, concienciar y hacer partícipes a los ciudadanos (pacientes y cuidadores) de su papel fundamental en el uso seguro de los medicamentos, basado en una correcta información.
Entre las estrategias para mejorar el uso seguro de los medicamentos se considera esencial la participación de los pacientes, con especial protagonismo de las asociaciones de pacientes. Los pacientes deben ser socios activos con los profesionales de la salud en su propia atención y esa buena comunicación entre ambos es un requisito esencial para una práctica clínica segura y efectiva.
En esta ocasión la actividad se realizó con la colaboración de la asociación ALCER Giralda, cuyo objetivo es contribuir a mejorar la calidad de vida y asistencial de todas las personas afectadas de enfermedades renales. También, el asesoramiento, cercano y eficaz, de sus familiares y la prevención y lucha contra estas enfermedades mediante el desarrollo de un amplio número de iniciativas.
Fuente: Consejería de Salud y Familias
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