La Seguridad del Paciente en datos

Datos y cifras

  • Los eventos adversos debidos a una atención poco segura son probablemente una de las 10 causas principales de muerte y discapacidad en el mundo (1). 
  • En los países de ingresos altos, se estima que uno de cada 10 pacientes sufre daños mientras recibe atención hospitalaria (2). El daño puede ser causado por una serie de eventos adversos, de los cuales casi el 50% son prevenibles (3). 
  • Cada año se producen 134 millones de eventos adversos por una atención poco segura en los hospitales de los países de ingresos bajos y medios, lo que provoca 2,6 millones de muertes (4).
  • En otro estudio se ha estimado que alrededor de dos tercios de todos los eventos adversos resultantes de una atención poco segura y los años perdidos por discapacidad y muerte (conocidos como años de vida ajustados en función de la discapacidad, o AVAD) se producen en países de ingresos bajos y medios (5).  
  • A nivel mundial, hasta 4 de cada 10 pacientes sufren daños en la atención sanitaria primaria y ambulatoria. Hasta el 80% de los daños se pueden prevenir. Los errores más perjudiciales están relacionados con el diagnóstico, la prescripción y el uso de medicamentos (6).
  • En los países de la OCDE, el 15% del total de la actividad y el gasto hospitalarios es un resultado directo de eventos adversos (2).
  • Las inversiones en la reducción de los daños a los pacientes pueden conducir a ahorros financieros significativos y, lo que es más importante, a mejores resultados para los pacientes (2). Un ejemplo de prevención es involucrar a los pacientes, lo cual, si se hace bien, puede reducir la carga de los daños hasta en un 15% (6).

Introducción

¿Qué es la seguridad del paciente?

La seguridad del paciente es una disciplina de la atención de la salud que surgió con la evolución de la complejidad de los sistemas de atención de la salud y el consiguiente aumento de los daños a los pacientes en los centros sanitarios. Su objetivo es prevenir y reducir los riesgos, errores y daños que sufren los pacientes durante la prestación de la asistencia sanitaria. Una piedra angular de la disciplina es la mejora continua basada en el aprendizaje a partir de los errores y eventos adversos.

La seguridad del paciente es fundamental para prestar servicios sanitarios esenciales de calidad. De hecho, existe un claro consenso de que los servicios de salud de calidad en todo el mundo deben ser eficaces y seguros y estar centrados en las personas. Además, para que los beneficios de una atención sanitaria de calidad sean efectivos, los servicios de salud deben prestarse de manera oportuna, equitativa, integrada y eficiente.

Para velar por la ejecución exitosa de las estrategias de seguridad del paciente, se necesitan políticas claras, capacidad de liderazgo, datos para impulsar mejoras en la seguridad, profesionales sanitarios cualificados y la participación efectiva de los pacientes en su atención.

¿Por qué se producen daños a los pacientes?

Un sistema de salud maduro tiene en cuenta la creciente complejidad de los entornos de atención sanitaria, que hace que los seres humanos sean más propensos a cometer errores. Por ejemplo, un paciente hospitalizado puede recibir un medicamento equivocado por una confusión con otro medicamento con un empaquetado similar. En este caso, la receta pasa por diferentes niveles de atención, empezando por el médico del ala correspondiente, pasando por la farmacia y terminando por el enfermero que administra el medicamento equivocado al paciente. Si hubiera existido un proceso de garantía de la seguridad en los diferentes niveles, este error se podría haber identificado y corregido rápidamente. En esta situación, la falta de procedimientos normalizados para el almacenamiento de medicamentos que se parecen, la mala comunicación entre los diferentes proveedores, la falta de verificación antes de la administración del medicamento y la falta de participación de los pacientes en su propio cuidado podrían ser factores subyacentes que condujeron al error. Tradicionalmente, el proveedor individual que cometió activamente el error (error activo) asumiría la culpa del incidente y podría ser castigado por ello. Desafortunadamente, este enfoque no permite tomar en consideración los factores del sistema descritos anteriormente que condujeron a que se produjera el error (errores latentes). Cuando se alinean múltiples errores latentes es cuando el error activo afecta al paciente.

Errar es humano, y esperar un rendimiento impecable de personas que trabajan en entornos complejos y muy estresantes no es realista. Asumir que la perfección individual es posible no mejorará la seguridad (7). Para evitar que las personas cometan errores hay que situarlas en un entorno a prueba de errores en el que los sistemas, las tareas y los procesos estén bien diseñados (8). Por tanto, es necesario centrarse en el sistema que permite que se produzca el daño para que haya una mejora, la cual solo puede producirse en un entorno abierto y transparente en el que prevalezca una cultura de seguridad. Se trata de una cultura en la que se concede gran importancia a las creencias, los valores y las actitudes en materia de seguridad y que es compartida por la mayoría de las personas en el lugar de trabajo (9).

Carga de daños

Cada año, millones de pacientes sufren lesiones o mueren a causa de una atención sanitaria poco segura y de mala calidad. Muchas prácticas médicas y riesgos relacionados con la atención sanitaria se están convirtiendo en problemas importantes para la seguridad de los pacientes y contribuyen significativamente a la carga daños por atención poco segura. A continuación se señalan algunas de las situaciones más preocupantes en relación con la seguridad del paciente:
 
Los errores de medicación son una de las principales causas de lesiones y daños evitables en los sistemas de atención sanitaria: se estima que, en todo el mundo, el costo asociado a los errores de medicación asciende a US$ 42 000 millones anuales (10).
 
Las infecciones relacionadas con la atención sanitaria afectan a 7 y 10 de cada 100 pacientes hospitalizados en países de ingresos altos y países de ingresos bajos y medios, respectivamente (11).
 
Los procedimientos quirúrgicos poco seguros provocan complicaciones en hasta el 25% de los pacientes. Anualmente, casi siete millones de pacientes quirúrgicos sufren complicaciones significativas, de los que un millón fallece durante la intervención o inmediatamente después de ella (12).
 
Las prácticas de inyección poco seguras en entornos de atención sanitaria pueden transmitir infecciones, entre ellas por el VIH y por los virus de la hepatitis B y C, y plantean un peligro directo para los pacientes y los profesionales sanitarios. Representan una carga de daños estimada en 9,2 millones de años de vida perdidos por discapacidad y muerte en todo el mundo (5).
 
Los errores diagnósticos afectan aproximadamente al 5% de los adultos que reciben atención ambulatoria, y más de la mitad de estos errores pueden llegar a causar daños graves. La mayoría de las personas se ven afectadas por algún error de diagnóstico a lo largo de su vida (13).
 
Las prácticas de transfusión poco seguras exponen a los pacientes al riesgo de reacciones adversas a la transfusión y de transmisión de infecciones (14). Los datos sobre reacciones adversas a la transfusión procedentes de un grupo de 21 países muestran una incidencia media de 8,7 reacciones graves por cada 100 000 unidades de componentes sanguíneos distribuidas (15).
 
Los errores de irradiación abarcan los casos de sobreexposición a la radiación y aquellos en los que se irradia al paciente incorrecto o la zona equivocada (16). Según un examen de los datos publicados a lo largo de 30 años sobre seguridad en radioterapia, se estima que la incidencia general de errores es de aproximadamente 15 por cada 10000 ciclos de tratamiento (17).
 
A menudo, la septicemia no se diagnostica a tiempo para salvar la vida del paciente. Como muchas de las infecciones que la causan son resistentes a los antibióticos, pueden provocar un rápido deterioro de la situación clínica. Se estima que anualmente se ven afectadas 31 millones de personas en todo el mundo, de las que más de 5 millones fallecen (18).
 
Las tromboembolias venosas son una de las causas más frecuentes y prevenibles de daños a los pacientes, y suponen una tercera parte de las complicaciones atribuidas a la hospitalización. Se estima que anualmente se registran 3,9 millones de casos en los países de ingresos altos y 6 millones de casos en los países de ingresos bajos y medios (19).

La seguridad del paciente: un componente fundamental de la cobertura sanitaria universal

La seguridad del paciente durante la prestación de servicios de salud seguros y de alta calidad es un requisito previo para fortalecer los sistemas de atención de la salud y avanzar hacia una cobertura sanitaria universal (CSU) efectiva con arreglo al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 (Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades) (7).

La meta 3.8 de los ODS se centra en lograr la CSU, «incluida la protección contra los riesgos financieros y el acceso para todos a servicios de salud esenciales de calidad y a medicamentos y vacunas esenciales inocuos, eficaces, asequibles y de calidad». En su labor para alcanzar dicha meta, la OMS aplica el concepto de cobertura efectiva, que consiste en considerar la CSU como una forma de lograr mejor salud y de garantizar que a los pacientes se les presten servicios de calidad en condiciones seguras (20).

También es importante reconocer el impacto de la seguridad del paciente en la reducción de los costos relacionados con los daños a los pacientes y en la mejora de la eficiencia de los sistemas de atención de la salud. La prestación de servicios seguros también contribuirá a tranquilizar a las comunidades y a restaurar su confianza en sus sistemas de salud (21).  

Respuesta de la OMS

Resolución WHA72.6 sobre la seguridad del paciente

Reconociendo que la seguridad del paciente es una prioridad sanitaria mundial, la Asamblea de la Salud adoptó una resolución sobre la seguridad del paciente que respalda el establecimiento del Día Mundial de la Seguridad del Paciente, que los Estados Miembros celebrarán anualmente el 17 de septiembre.

1. La seguridad del paciente es una prioridad sanitaria mundial

Resolución WHA72.6 (Acción mundial en pro de la seguridad del paciente)

La finalidad del Día Mundial de la Seguridad del Paciente es promover la seguridad del paciente aumentando la concienciación e implicación de la opinión pública, mejorando la comprensión mundial al respecto y trabajando a favor de la solidaridad y la acción mundiales.

2. Día Mundial de la Seguridad del Paciente

Esferas de acción estratégicas clave

La Unidad de Seguridad del Paciente y Gestión de Riesgos de la OMS ha desempeñado un papel decisivo en la promoción y configuración de la agenda de seguridad del paciente en todo el mundo, centrándose en impulsar mejoras en algunas esferas estratégicas clave mediante:

  • el ejercicio de un liderazgo mundial y el fomento de la colaboración entre los Estados Miembros y las partes interesadas pertinentes;
  • el establecimiento de las prioridades de acción mundiales;
  • la elaboración de directrices e instrumentos;
  • la prestación de apoyo técnico y el fortalecimiento de la capacidad de los Estados Miembros;
  • la involucración de los pacientes y sus familias para una atención sanitaria más segura;
  • el seguimiento de las mejoras en la seguridad del paciente;
  • la realización de investigaciones en la materia.
Al centrarse en estas esferas clave para facilitar mejoras sostenibles en la seguridad del paciente, la OMS pretende mejorar la experiencia de los pacientes, reducir los riesgos y los daños, lograr mejores resultados sanitarios y reducir los costos.

Iniciativas de la OMS hasta la fecha

La labor de la OMS en materia de seguridad del paciente comenzó con la puesta en marcha de la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente en 2004 y ha seguido evolucionando con el tiempo. La OMS ha facilitado la mejora de la seguridad de la atención sanitaria en los Estados Miembros mediante el establecimiento de los Retos Mundiales por la Seguridad del Paciente. Para cada uno de estos Retos se ha identificado una carga para la seguridad del paciente que plantea un riesgo importante y significativo. Los retos son hasta la fecha los siguientes:

1. Una atención limpia es una atención más segura (2005), cuyo objetivo es reducir las infecciones relacionadas con la atención sanitaria haciendo hincapié principalmente en la mejora de la higiene de las manos.

2. La cirugía segura salva vidas (2008), cuyo fin es reducir los riesgos asociados a la cirugía.

3. Medicación sin daño (2017), cuyo propósito es reducir en un 50% los daños graves evitables relacionados con los medicamentos en un periodo de cinco años a nivel mundial.

La OMS también ha ejercido liderazgo y proporcionado orientaciones estratégicas a los países a través de las Cumbres Ministeriales sobre Seguridad del Paciente, que tienen por objeto promover la agenda de seguridad del paciente en lo que respecta al liderazgo político con el apoyo de ministros de salud, delegados de alto nivel, expertos y representantes de organizaciones internacionales.

La OMS ha sido fundamental en la producción de orientaciones técnicas y recursos como la Guía de planes de estudio multiprofesionales de seguridad del paciente, la Lista de verificación de la seguridad del parto, la Lista de verificación de la seguridad quirúrgica, las soluciones para la seguridad del paciente, y los Cinco Momentos para la Seguridad de los Medicamentos (disponible en formato impreso y en aplicación informática).

Para promover la solidaridad mundial, la OMS también ha promovido la creación de redes y las iniciativas de colaboración, como la Red Mundial de Seguridad del Paciente y la Colaboración Mundial sobre Seguridad del Paciente. Reconociendo la importancia de la participación activa de los pacientes en la gobernanza, las políticas, la mejora del sistema de salud y su propia atención, la OMS también estableció el programa Pacientes en Defensa de su Seguridad para fomentar la participación de los pacientes y sus familias.

Fuente: web de la WHO

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