En este objetivo se consideran, desde un enfoque de prevención de riesgos, tres aspectos relevantes en la seguridad de la asistencia directa:
- Cuidados: El cuidado es una actividad sanitaria transversal y debe integrar el enfoque de seguridad adoptando medidas efectivas no solo en las intervenciones y técnicas sino en los planes de cuidados y en los distintos escenarios donde estos se prestan. Hay que abordar particularmente aquellos que por su frecuencia o repercusión resultan de mayor relevancia para la seguridad de los pacientes, como la prevención de úlceras por presión, la de caídas y lesiones, prevención de la malnutrición y deshidratación y la prevención de la aspiración bronquial
- Atención al dolor: No solo se trata de la prevención y tratamiento del dolor en sí, la infravaloración de pacientes con dolor y la inadecuación de tratamientos son frecuentes en la atención sanitaria, sino que además dicho tratamiento conlleva riesgos vinculados a las características de la patología, al uso de medicamentos, de técnicas instrumentales e invasivas, sobre lo que habrá que prestar especial atención.
- Promoción de espacios terapéuticos libres de contención. Las contenciones conllevan riesgos importantes para el paciente por lo que deben practicarse exclusivamente en situaciones de urgencia y sólo cuando otras alternativas sean inviables. Su prevención contribuirá a una atención más segura para los pacientes.