El Hospital de Valme de Sevilla instaura un protocolo asistencial en su Paritorio que humaniza el nacimiento con cesárea.
Los servicios de Obstetricia y Anestesiología se coordinan en la monitorización del postparto, sin necesidad del traslado de la madre a la sala de Reanimación y evitando la separación del recién nacido. De forma segura e innovadora, este centro aporta una estrategia de humanización perinatal que potencia el vínculo afectivo y favorece la lactancia materna.
El Hospital Universitario de Valme de Sevilla ha instaurado un protocolo asistencial en su Paritorio dirigido a potenciar la humanización del nacimiento tras el parto con cesárea. Supone una innovación frente al circuito establecido en la mayoría de los hospitales; dado que, en lugar de separar a la madre del neonato tras la cesárea con el traslado a la Sala de Reanimación, la nueva práctica clínica posibilita la recuperación de la madre en las instalaciones del Paritorio junto a su hijo recién nacido y el acompañante elegido por la gestante, sin necesidad de romper el vínculo afectivo.
Se trata de una iniciativa, implantada de forma protocolizada en este centro desde el mes de octubre. Se desarrolla de forma coordinada entre los servicios de Obstetricia y Anestesiología, innovando con cuidados maternofetales postcesárea como consecuencia de una apuesta por la humanización perinatal.
Por su parte, el rol de la figura de la matrona en este nuevo programa asistencial es muy activo, destacando la coordinadora de este colectivo en el hospital sevillano, Mª Ángeles Fernández, que “el momento del nacimiento es un momento único; de ahí que, siempre que la situación lo permita, debamos contribuir a minimizar los efectos de la cirugía, intentando que el puerperio inmediato sea lo más parecido a un parto vaginal”.
Permite aplicar el programa `Contacto Piel con Piel´ en cesáreas
Uno de los beneficios más importantes que aporta este nuevo protocolo es la instauración del programa `Contacto Piel con Piel´ tras la cesárea. Se trata del período de tiempo inmediatamente posterior al parto en que la madre y el recién nacido permanecen desnudos y en contacto permanente, preferiblemente en un entorno de media luz y tranquilidad. Durante las dos primeras horas de vida, el bebé experimenta un estado que se denomina periodo sensitivo, provocado por una descarga hormonal que tiene lugar durante el trabajo de parto en el que el bebé está plenamente receptivo al medio externo.
Ratificada la seguridad de esta práctica y su beneficio como método que fomenta la lactancia materna (con el incremento de sus tasas y una mayor duración de la misma); suma otras ventajas como el aumento de la satisfacción materna percibida mediante una mayor calidez en la asistencia. A raíz de ello, el Hospital Universitario ha avanzado un escalón más con la innovación de hacerlo extensivo al postparto inmediato de las cesáreas a través de la colaboración de los servicios de Obstetricia, Anestesiología y Pediatría.
Por tanto, la iniciativa materializada en este centro lo hace liderar un indicador de Buenas Prácticas Clínicas en la fase perinatal: el contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido tras el nacimiento, ya sea por parto vaginal o por cesárea. Este indicador está considerado como un factor de excelencia asistencial ya que ofrece múltiples beneficios para madre y recién nacido: reduce el nivel de estrés en la madre, facilita el desarrollo del vínculo afectivo, favorece el éxito de la lactancia materna y la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina.
Contribuye a favorecer la tasa de lactancia materna respecto a la cesárea tradicional
Este protocolo de humanización permite que el contacto piel con piel postcesárea se inicie en el mismo quirófano y continúe inmediatamente después con el alojamiento conjunto de madre e hijo durante las horas posteriores a la cirugía. Una situación, que según apunta la jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia, Rosa Ostos, “frente a la cesárea convencional, favorece la primera toma de pecho; confiriéndole una mayor posibilidad de éxito de la lactancia materna”.
La colocación del niño sobre el pecho materno permite el reconocimiento olfatorio y el primer contacto visual entre ambos. Luego, es muy importante para el éxito posterior de la lactancia materna el aprovechamiento del período sensitivo inicial en las primeras dos horas tras el nacimiento. Transcurrido este tiempo, el recién nacido entra en un periodo de somnolencia y es menos probable que demande el pecho.
Precisamente este período inmediato favorecedor de la primera toma de pecho es el que, en el caso de la cesárea habitual, madre y recién nacido están separados. Por el contrario, tal como destacan los especialistas implicados en este programa asistencial, “junto a la mejora de la satisfacción materna, hay evidencias que demuestran que el contacto piel con piel y la primera toma en el período sensitivo del neonato favorece la duración de las tasas de lactancia materna con respecto a la cesárea tradicional”.
Indicaciones para la inclusión de cuidados postoperatorios tras cesárea en Paritorio
La indicación de la estancia de la paciente en paritorio para el postoperatorio inmediato de la cesárea, y de su inclusión en este programa asistencial, será criterio del anestesiólogo responsable de la paciente. Este especialista es el encargado de la valoración de forma individualizada, los antecedentes personales, la indicación de la cesárea y el desarrollo intraoperatorio desde el punto de vista quirúrgico y anestésico, determinando así su estancia allí o su traslado a Unidad de Recuperación Postanestésica.
Según detalla la jefa del servicio de Anestesiología, Mercedes Echevarría, “el protocolo seguido por nuestros especialistas para la inclusión en este programa asistencial se basa en indicaciones sobre tres apartados: patología previa, complicaciones anestésicas y complicaciones obstétricas”.
Las indicaciones determinadas por el estado de la paciente están definidas por la ausencia de patología materna que precise vigilancia estrecha, tanto de origen obstétrico como de otra naturaleza. Por lo que se refiere a las indicaciones determinadas por el procedimiento quirúrgico o procedimiento anestésico se vinculan a la ausencia de complicaciones intraoperatorias o de elevado riesgo de complicaciones postoperatorias.
Dotación de monitores de recuperación para el control permanente garante de la seguridad del paciente
Al tratarse de pacientes de bajo riesgo, el protocolo contempla la realización de una monitorización básica y no invasiva a través de telemedicina, con unos cuidados postoperatorios similares a los que se realiza en las unidades de Reanimación. Una monitorización que se mantiene durante toda la estancia de la madre en la sala del Postparto en Paritorio hasta el alta para su regreso a la planta de hospitalización, que aproximadamente dura dos horas, y siempre bajo la supervisión de un anestesiólogo.
Para estos cuidados maternofetales postcesárea y alojamiento conjunto en la Unidad de Paritorio, este centro ha dotado a las salas de postparto de una infraestructura que garantiza su monitorización permanente. Se trata de la dotación de monitores de control de constantes vitales, equipamiento para manta térmica y foco de infrarrojos en caso de que se precise, y timbre de llamada al control de las matronas operativo. Además, desde el control de estas profesionales hay establecido un circuito de comunicación para la visión permanente del bienestar de la gestante en todo momento.
Junto al apoyo técnico que proporciona esta monitorización, el personal de Paritorio está formado para la valoración de estas madres y sus recién nacidos, con un alto grado de compromiso para que este avance en la humanización del nacimiento en nuestro hospital se lleve a cabo de forma segura y elevando la satisfacción de las familias.
Fuente: Consejería de Salud y Familias
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