Este proyecto, que incorpora líneas estratégicas en salud humana, animal y ambiental, buscará soluciones contra la resistencia a los antibióticos
El Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía, de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, está elaborando una Estrategia para la Vigilancia y el Control de las Resistencias a los Antimicrobianos bajo el enfoque One Health, que va a integrar líneas de salud animal y ambiental con la Humana. De esta manera, desde la Consejería de Salud y Familias se sigue trabajando en la lucha contra las resistencias a los antibióticos en Andalucía.
Además de Vigilancia Epidemiológica, que realiza el seguimiento de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS), participan la Estrategia de Seguridad del Paciente, que promueve medidas de prevención de las infecciones como la correcta higiene de manos, el uso correcto de guantes, la profilaxis quirúrgica o asociada a otros procedimientos invasivos o, medidas de aislamiento y protección ante enfermedades transmisibles; y los Programas de Optimización de Antimicrobianos (PROA), que fomentan el uso adecuado de los antimicrobianos.
Todos los años, 33.000 personas mueren en la Unión Europea como consecuencia directa de infecciones provocadas por bacterias resistentes a los antibióticos. En los últimos años, el número de muertes atribuibles a las infecciones por Klebsiella pneumoniae resistente a los carbapenemas se multiplicó por seis, y las atribuibles a Escherichia coli resistente a cefalosporinas de tercera generación se multiplicó por cuatro. Junto a Mycobacterium tuberculosis multirresistente, Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumanii son considerados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una prioridad mundial para la investigación de nuevos fármacos.
El aumento de las resistencias a los antibióticos de última línea, como carbapenems o colistina, es extremadamente grave por la imposibilidad de poder tratar las infecciones producidas por estas bacterias en algunas ocasiones. Estos datos suscitan gran inquietud en la Unión Europea, ya que no solo se trata de un problema clínico de los pacientes que lo sufren, sino que se trata de un problema epidemiológico y de Salud Pública por el riesgo que supone para toda la población.
Las bacterias resistentes pueden formar parte de la flora bacteriana de individuos sanos y animales y encontrarse en el medio ambiente; y pueden causar infecciones en la comunidad, en pacientes hospitalizados y en animales productores de alimentos. Por ello, es el momento de coordinar acciones a favor de la salud humana, animal y protección del medio ambiente, bajo el concepto One Health (una salud), para luchar contra esta amenaza común.
Uso inadecuado de antibióticos
El consumo elevado e inadecuado de antimicrobianos es la principal causa de resistencias bacterianas. Por ello, hay que sensibilizar a los profesionales sanitarios, veterinarios, las Administraciones sanitarias y a toda la sociedad de los riesgos que conlleva el uso inadecuado de antibióticos y aumentar la conciencia sobre la resistencia global a los antimicrobianos. Con estos objetivos, el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) y la OMS lideran el Día de Uso Prudente de los Antimicrobianos, que se celebra hoy 18 de noviembre, y la Semana Mundial de Concienciación sobre los Antimicrobianos (del 18 al 24 de noviembre). El lema para 2020 es ‘Antimicrobianos: manipular con cuidado’ y es aplicable a todos los sectores: salud humana, animal y medioambiental.
Este año, las actividades para la concienciación sobre el uso adecuado de los antibióticos se realizan desde el nuevo enfoque que supone la irrupción de la COVID-19. A lo largo de los últimos meses, la atención de los pacientes con síntomas compatibles se ha desarrollado bajo la incertidumbre de la etiología vírica (COVID-19 o no) o bacteriana. Ello ha llevado a utilizar antibióticos de amplio espectro hasta en un 72% de los pacientes ingresados. Sin embargo, al contrario que en la gripe, la infección bacteriana concomitante en pacientes con COVID-19 es infrecuente.
La OMS recomienda no utilizar antibióticos en pacientes con síntomas leves ni en aquellos con síntomas moderados en los que no exista sospecha de infección bacteriana. El uso prudente de los antibióticos es una prioridad también durante la COVID-19 ya que cuando se logre superar la pandemia, la resistencia a los mismos seguirá siendo una amenaza mundial.
Fuente: Consejería de Salud y Familias
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